12 estrategias para fomentar la autoestima en los niños

La autoestima constituye una preocupación presente en muchas casas y forma parte de las conversaciones entre los miembros de la familia. Y es que la autoestima adquiere cada vez más protagonismo en problemas como la depresión, la anorexia, la timidez o el abuso de drogas.

Tener una autoestima adecuada es fundamental para el desarrollo de cualquier niño. De hecho, una buena autoestima no solo mejora el estado emocional del pequeño sino también sus relaciones sociales y, además, potencia su desarrollo cognitivo.

En este sentido, la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría asegura que los niños con una autoestima adecuada se sienten más seguros de sí mismos, tienen más amigos y pueden discernir con mayor facilidad lo que hacen bien y mal.

¿En qué consiste la autoestima infantil?

La autoestima es la forma en la que un individuo se percibe a sí mismo, es decir, los pensamientos y sentimientos que tiene acerca de sí mismo; es nuestro espejo real. La autoestima se forma no sólo por las propias percepciones, sino también por las percepciones y expectativas de las personas que nos rodean.

En el caso de los niños, los padres, profesores y amigos son los que más influyen en su autoestima.

La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia. Esta no es una asignatura que se aprenda en el colegio, sino que construye diariamente a través de las relaciones personales de aceptación y confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ignorarse.

El desarrollo del niño y su autoestima

La autoestima influye en la capacidad de los niños para afrontar nuevos retos, desarrollar diferentes habilidades y ser más autosuficientes. De hecho, los niños con una buena autoestima suelen ser más empáticos y asertivos, a la vez que aprenden con mayor facilidad y son más creativos.

Por lo general, estas cualidades se van formando con el paso del tiempo, como reflejo de la percepción que los demás y, en especial, los padres, tienen del niño.

Los sentimientos que le transmitimos como padres, el ejemplo de nuestras conductas y acciones, nuestra relación con él y la forma de comunicarnos en la familia, la existencia de otros hermanos y las diferencias entre ellos, la forma en que la familia afronta los conflictos y los  problemas, entre otros, van ser determinantes en el desarrollo de una autoestima sana y equilibrada en el niño.

El resultado de un niño con buena autoestima

El resultado de un niño con buena autoestima

Un niño con una buena autoestima se siente valioso y competente. Entiende la importancia de aprender, es responsable y capaz de comunicarse con los demás. Del igual forma, tiene un equilibrio entre cómo se ve a sí mismo y cómo le gustaría ser.

Un niño con baja autoestima no confía en sí mismo y tampoco en los demás. Por lo general, suelen ser niños tímidos, poco creativos e incluso pueden desarrollar conductas agresivas o desafiantes. Esta actitud hace que los demás lo rechacen, lo que a su vez repercute en su autovaloración.

¿Cómo fomentar una autoestima positiva en los niños?

Tenerlos en cuenta y dedicarles nuestro tiempo de manera exclusiva

Para fomentar la autoestima infantil tenemos que tener en cuenta a los niños. Además, conviene dedicarles toda nuestra atención en los momentos que estamos compartiendo con ellos.

Corrige sus errores pero desde el cariño

Evita los gritos y enséñales con paciencia, aunque parezca difícil. Recordemos que los errores son lecciones de vida que les enseñan con cada experiencia y les permite desarrollarse. El niño es una esponja que absorberá lo bueno y lo malo. También hazle entender que el intercambio es mutuo.

Fomenta su autonomía dándole responsabilidades 

Permítele tomar decisiones en cuanto a las relaciones o hábitos diarios. Por ejemplo, invítalo a participar en tareas y decisiones del hogar. Así sentirá que su participación es importante y necesaria, por lo que fortalecerá su autoconfianza y seguridad.

No les compares

No les compares con hermanos y amigos. Es probable que sientan envidia, vergüenza y hasta un poco de presión por competir con esas personas con las que siempre los comparas.

No le etiquetes como “torpe”, “malo”, “tonto”

Cuando el niño haga algo malo puedes decírselo de la mejor manera, sin caer en etiquetas que le hagan sentir mal y le marquen.

Tampoco lo hagas como “listo”, “bueno” o “inteligente”

El niño no comprenderá en qué se fundamenta que te refieras a él de esa forma. Es decir, juzga sus comportamientos, pero no al niño.

Ayuda a tu hijo a mejorar su autoestima

Establece unos límites claros y sé consistente con ellos

Es decir, si le colocaste una condición razonable debes ser firme y hacerla cumplir, puesto que los niños siempre tratarán de negociar y hacerte cambiar de opinión. Es importante que sepa que algunas reglas no se pueden cambiar. Eso le ayuda a sentirse más seguro. Es posible que tengas que repetir muchísimas veces las reglas que estableciste antes de que las siga.

Valora el esfuerzo, no los resultados

Los niños son muy sensibles a lo que los padres dicen. Es importante reconocer su esfuerzo y el trabajo, en vez del resultado. De esta manera, el niño comprenderá que no solo son importantes los resultados sino también el empeño y el compromiso que ha puesto en la tarea. Se trata de adoptar una perspectiva diferente, más focalizada en sus cualidades como persona, evitando que se centre únicamente en el resultado.

No exageres tus halagos y sé concreto

Dile lo que ha hecho bien y por qué te ha gustado para que el niño sepa lo que te agrada. Por ejemplo: “Has recogido muy bien tus coches de juguete y los peluches” esto es muy diferente a “Eres muy ordenado”. Es importante que comentes con otras personas ante el niño sus logros y esfuerzos, pues le hará sentir útil e importante.

Valida sus emociones

Si el niño llora es probable que se haya hecho daño, así que dale la importancia que tiene. Evita decirle: “¡No pasa nada!”. Sí que pasa, algo le hace sentir mal y es importante que le demos la relevancia pertinente.

No le sobreprotejas, fomentarás la inseguridad y la dependencia

No le vigiles todo el rato, pues generarás niños burbujas. Los niños no se rompen y necesitan una dinámica que les genere oportunidades para desarrollarse de forma constante, no para estancarse.

Reserva momentos para cada uno de los niños que tengas alrededor

Intenta buscar un espacio individual para cada uno, pues el hecho de ser importantes y protagonistas durante unos minutos o unas horas es muy reforzante para ellos. Cuando pasas tiempo de calidad con tu hijo y le escuchas, aprendes a conocerle y conectas emocionalmente, crearás un vínculo afectivo que difícilmente se romperá en el futuro.

Conductas de niños con alta autoestima vs. conductas de niños con baja autoestima

 

Conductas de niños con alta autoestima Conductas de niños con baja autoestima
Tienen ganas de intentar cosas nuevas, de aprender y de probar nuevas actividades No quieren probar nuevas actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso
Son responsables de sus propios actos Mienten y echan la culpa a otros
Se hacen responsables de otras personas (hermanos pequeños) Presentan conductas regresivas (hacerse el pequeño). Comportamientos no sociales
Confían en sí mismos y en su capacidad para influir sobre eventos No confían en sí mismos y creen que no tienen capacidad de control sobre los eventos
Manifiestan una actitud cooperadora Pueden ser agresivos, tímidos y violentos
Son autocríticos y aprenden de sus errores Negación frecuente y tienden a frustrarse fácilmente