¿Cómo nos ayuda el neuroaprendizaje a saber que jugando se aprende mejor?

El neuroaprendizaje nos permite conocer cómo intervienen los procesos neurobiológicos en el aprendizaje, para así diseñar mejores métodos de enseñanza. La neurociencia nos permite saber que jugando se aprende mejor.

Gracias al neuroaprendizaje sabemos que a la hora de jugar se activan partes del cerebro que hacen que las personas estén motivadas para seguir aprendiendo. Además también se focaliza la atención, sin desviar el interés a ninguna otra cosa más de lo que se está haciendo.

Mientras disfrutamos entendemos las cosas mucho mejor y la predisposición a aprender es mucho más buena. El juego es divertido, estimulante y apasionante. Y los aprendizajes que adquirimos jugando son mucho más duraderos y significativos.

¿Y cuáles son los beneficios de aprender jugando?

Todo esto dependerá del tipo de juego, de la edad del/la peque y de lo que se pretenda con ello. Pero en líneas generales algunos de los beneficios de aprender jugando son:

  • Permite equivocarse: un aprendizaje importantísimo y necesario, fallar es una forma de aprender y que permite mejorar.
  • Fomenta habilidades sociales: cuando los juegos son por equipos.
  • El aprendizaje es duradero.
  • Nos estimula a seguir queriendo aprender

¿Solo pueden aprender jugando l@s peques?

Pensamos que el juego es solo cosa de niñ@s, pero se puede jugar a cualquier edad y siempre será más motivante, divertido y placentero si el aprendizaje se realiza a través del juego.

Todo aprendizaje que adquirimos jugando queda fijado en la memoria de una manera diferente. Con el juego los adult@s también aprendemos y no solo eso, si no que querremos seguir haciéndolo; porque aprender jugando engancha.

Os dejamos una selección de juegos educativos para trabajar diferentes aspectos y aprender un montón mientras se divierten.

Puzzle de las 10 emociones.
El zoom de los animales.
El reto de las inteligencias múltiples.
El olfato: las frutas y sus aromas.