
Un niñ@ con una discapacidad intelectual aprende y se desarrolla con más lentitud que otros niñ@s. Pero esta discapacidad no solo tiene que ver con el niñ@, sino que su relación con el entorno cobra especial relevancia. Si creamos entornos inclusivos podrán desarrollar muchas de sus habilidades y capacidades y potenciar todas sus fortalezas.
Los juegos deben estar enfocados o desarrollar su autonomía, a estimular sus sentidos, a mejorar la expresión del lenguaje oral y escrito. También a trabajar el tono muscular y la motricidad y a fomentar su socialización con el entorno. Potenciar su creatividad y sus puntos fuertes a través del juego también es esencial.
Esta selección de juegos que os dejamos a continuación está orientada a reforzar todas estas necesidades.
Bingo: sonidos de las emociones.
Es un juego de asociación con sistema de bingo para aprender a diferenciar y reconocer las emociones básicas. Con este juego aprendemos vocabulario, mejoramos la fluidez verbal y desarrollamos la inteligencia emocional.
Tacto fichas para enlazar recorridos.
Crea divertidos recorridos enlazando las fichas según colores y texturas. Mejora la discriminación visual, la discriminación táctil y la psicomotricidad fina.
Planning de actividades diarias.
Panel para planificar las actividades que se hacen a lo largo del día, tanto en casa como en el colegio, y asociarlas con las horas del día, en formato analógico y digital (12h/24h). Con este juego aprendemos autonomía y gestión del tiempo, percepción temporal y estructura cronológica.
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