masaje-terapeutico-niñosLos masajes le aportan a los niños muchos beneficios desde bebés, sin excepción, ya que un buen masaje puede desarrollar de forma más rápida toda su coordinación motora y además al mismo tiempo, aumentar todas las reacciones de los músculos de su cuerpo. Por otro lado, masajear al bebé le hará más receptivo y amigable con su entorno.

Cuando hablamos de la educación de los niños no sólo debemos pensar en los recursos educativos que les proporcionamos sino también en estimularles con masajes que les ayuden a relajarse.

Principales beneficios de los masajes terapéuticos en niños

Como ya hemos dicho, los masajes terapéuticos aportan grandes beneficios en los niños, desde pequeños, y se pueden aplicar a cualquier niño, tenga o no problemas físicos o psicológicos.

Los beneficios más notables son los siguientes:

  1. Su aplicación nos ayudará a regular y reforzar en el niño, sus funciones circulatoria, respiratoria y gastrointestinal. Con los masajes podemos ayudar a aliviar las molestias ocasionadas por problemas como los cólicos, el estreñimiento o los gases.
  2. Los masajes terapéuticos ayudan a la relajación, ayudan a eliminar el estrés y también a aliviar los bloqueos que los niños padecen al enfrentarse cada día a cosas nuevas.
  3. El masaje es capaz de estrechar los lazos entre la persona que lo aplica y el niño.
  4. Los niños que reciben masajes terapéuticos tienen un sistema nervioso más desarrollado y un mejor sistema inmunológico.
  5. Para reforzar la autoestima del bebé y del niño
  6. Facilita un sueño más profundo y relajado.

 

Los mejores masajes para bebés

El nombre técnico es el Shantala y es la mejor forma de estimular al bebé desde pequeño, para cuidarle, transmitirle cariño, amor, afecto y también para tratar dolencias como los gases, los cólicos, indigestiones, estreñimientos, etc.

El origen del masaje terapéutico para bebés está en la India, por eso el nombre de Shantala, el nombre de la madre que aplicaba un masaje con fuerza a su bebé y que el Doctor Francés F. Leboyer observó admirado y sorprendido de sus grandes beneficios.

Durante los cursos de preparación a la maternidad, todas las futuras mamás escuchan el concepto de “contacto piel con piel”, de la importancia del contacto con el bebé desde el primer momento que llega a este mundo, y eso es algo que debe mantenerse, al menos, durante los primeros meses y años de vida, algo que podemos hacer con los masajes que nos ayudan a mantener el contacto piel con piel, pero también ayudan al bebé a percibir otras sensaciones mediante sus sentidos de la vista, oído y olfato.

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Debemos procurar incluirlo como parte de las rutinas diarias del bebe, por ejemplo después del baño cuando esté bien relajado, para que sea un momento esperado y deseado por ambos.

Al principio puede parecerte que no le gusta, e incluso lo realizarás con cierto miedo porque pensarás que le puedes hacer daño, pero poco a poco, con la práctica ambos iréis adaptándoos y encontrando el grado de presión e intensidad del masaje que más os gusta.

El bebé desde el momento en el que escuche a su mamá o a su papá abrir el bote de aceite corporal y frotarse las manos, entenderá que ha llegado el momento de su masaje y se entregará para disfrutar al máximo.

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Técnicas para masajear a un bebé

Como decimos, el masaje tiene un efecto relajante que ayuda al bebé además a calmar algunas dolencias que pueda sufrir como los cólicos, gases, indigestiones, estreñimiento, etc.

Debemos aprender la técnica con un experto que nos enseñe cómo debemos colocar nuestras manos y cual es la presión que debemos realizar en cada momento, para no hacer daño a nuestro bebé.

Masaje Estimulante

  • Nos sentamos en el suelo, estilo indio, con la espalda recta apoyada sobre la pared y el niño tumbado boca arriba sobre nuestras piernas, con su cabecita entre nuestros pies, sobre una toalla, una sabana, etc., en una posición cómoda para ambos.
  • Con aceite en nuestras manos impregnamos sus piernas y poco a poco presionamos un poco más en un movimiento similar al de estrujar una toalla, sin llegar a hacer daño, pero con una ligera presión.
  • Pasamos las yemas de nuestros dedos por las plantas de sus pies y repetimos en la otra pierna.
  • A continuación pasamos a los brazos, repitiendo la técnica y presionando sin hacer daño.
  • Hacemos estiramientos con brazos y piernas para estimular al bebé.