En septiembre en los coles empieza el periodo de adaptación ¿Y esto qué es?, trataremos de dar todas las calves para ayudar a vuestros hijos  e hijas a adaptarse de nuevo a las exigencias que la vuelta a la rutina escolar suponen.

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Cuál es el periodo de adaptación en educación infantil

El periodo de adaptación tiene lugar cuándo los niños y niñas comienzan la rutina escolar. No existe un periodo único, ya que aunque la mayoría empiecen en septiembre, en el caso de la educación infantil de primer ciclo puede tener lugar en cualquier momento.

Los niños han de adaptarse a una nueva rutina, la del centro escolar, que supone muchos cambios, entre otros el separarse de sus madres y padres, pasar tiempo en un lugar y con unas personas desconocidas, seguir una rutina escolar desconocida hasta el momento (asambleas, actividades, comida, siesta, etc.), compartir su entorno con una gran número de iguales, acostumbrarse a una figura de referencia, la o el educador/a, compartida con los demás, no saber hasta qué momento tienen que permanecer en el centro y algún que otro cambio más a los que el niño o niña va a tener que ir acostumbrándose de forma brusca.

Cómo fomentar la socializaciónLos intercambios sociales con iguales son necesarios para una buena socialización

Para que el periodo de adaptación sea más llevadero es positivo que nuestro hijo o hija esté familiarizado con compartir interacciones sociales con personas que estén fuera de su entorno familiar próximo, tanto adultos como iguales.

Para ello, es importante que como padres y madres les hayamos permitido establecer estas socializaciones. Los primeros contactos sociales tienen lugar dentro del núcleo familiar y de ahí el niño ganará seguridad para relacionarse con personas que se encuentra fuera de este entorno.

Podemos favorecer los contactos con iguales si  permitimos la entrada de éstos en su entorno, para ello es positivo ofrecer momentos de interacción desde que son bebés. Desde los 3 meses aparecen conductas sociales como la intersubjetividad en la que el niño muestra interés en su madre, padre o cuidador/a e intercambian expresiones, sonrisas, miradas, etc. Por ello, el permitir que estos intercambios se produzcan desde los primeros meses de edad facilitará que el niño se desarrolle socialmente de forma más hábil. Algunas estrategias pueden ser:

  • Hablar con nuestro bebé desde el primer momento.
  • Dedicar momentos diarios a intercambiar con ellos miradas, expresiones, caricias y habla.
  • Permitir que los niños exploren el entorno y ganen seguridad.
  • Permitirles que interactúen con otros niños y niñas.

Cómo gestionar la separación familiar

Dinámicas en el aula

Es importante que en el aula se favorezca la adaptación a través de:

  • Las educadoras y los educadores deben mostrarse muy comprensivos con los niños y niñas.
  • Promover actividades lúdicas de forma mayoritaria para que la transición sea lo más gradual posible.
  • No obligar a los niños/as a participar de la rutina de forma inflexible. Se debe permitir que cada niño o niña tenga su tiempo de adaptación a dichas rutinas. Se les debe transmitir el mensaje de que respetamos que no quiera hacerlo y que en cuanto lo desee puede unirse.
  • Mantener una comunicación muy fluida desde el inicio con la familia.
  • Cubrir todas las necesidades que el niño o niña demande. Es probable que de inicio la autonomía del niño sea limitada, pero los educadores deben ir desvaneciendo los apoyos muy poco a poco.

Actividades en casa

La ansiedad por separación debe ser trabajada desde edades tempranas

La separación de la familia es un proceso que ha de llevarse a acabo poco a poco. La separación de los padres y madres no es equiparable a abandono. Ya que la cercanía emocional no es cercanía física, va mucho más allá, suponiendo el tener al otro presente aunque esté a miles de kilómetros. En este sentido, debemos transmitir este cariño a nuestros hijos y para ello debemos ser los primeros en permitirles aprender que aunque no nos vean estamos con ellos.

Debemos mostrarnos seguros ante la separación, si nos mostramos culpables, inseguros o desconfiados nuestros hijos e hijas interpretaran dichas separaciones como negativas para la relación, generándoles a su vez emociones negativas como inseguridad y ansiedad cuando no podamos estar juntos o juntas.

Además de la seguridad que debemos mostrar, antes, durante y después del abandono, debemos procurar momentos en los que nos separemos, empezando dentro del hogar, pudiendo estar en habitaciones diferentes sin mostrarnos ansiosos por ello.

Debemos mostrarnos comprensivos con las emociones que pueda experimentar nuestro hijo o nuestra hija y transmitirles seguridad y apoyo en el proceso. Para ello, hemos de entender que manifiesten la ansiedad a través del llanto, las rabietas, conductas regresivas y necesitando aún más nuestra atención y no mostrarnos desbordados ante las mismas.

Debemos hablar en positivo de los momentos en los que no estamos juntos, es decir, no comentar que esos momentos son duros, tristes, negativos y angustiosos, ya que si no ellos y ellas interpretarán la separación de forma negativa o se sentirán culpables por disfrutar de las actividades que tienen lugar cuando están separados. A la vez es importante transmitirles que preferimos estar juntos y que les gusta mucho llegar a recogerles/las y poder pasar tiempo juntos.

Puede ser positivo dedicar un rato especial cada día en el que hablemos de lo que nos ha pasado durante el día, de cosas buenas y malas y qué emociones nos han producido.Los juegos de inteligencia emocional van a favorecer la expresión emocional ayudando a gestionar la separación.Los juegos emocionales facilitan la expresión emocional para gestionar la ansiedad de separación

También es importante dedicar momentos especiales para hacer actividades a elección de nuestros hijos e hijas en los que sólo ellos y ellas sean los protagonistas, sin interrupciones. Lo idóneo sería que hubiese un momento por niño o niña y progenitor.

Prepara el ingreso en el centro escolar

Cómo introducir el colegio

Anticipar la entrada en la escuela: Es importante que los padres y madres vayamos hablando de la escuela, los días que quedan y que introduzcamos el tema de vez en cuando.

Anticipar rutinas: es importante que un tiempo antes empecemos a introducir rutinas de sueño, comida o aseo para que el niño vaya ganando seguridad y le sea más fácil adaptarse al colegio.

Mostrar una actitud positiva a la escuela: debemos de mostrarnos entusiastas con la entrada al colegio y destacar los aspectos positivos para el niño.

Anticipar posibles cambios en la vida del niño: para favorecer la adaptación, que supone un cambio en la vida del niño o niña, debemos gestionar otros cambios importantes que puedan tener lugar como puede ser el retirar el pañal, quitar el chupete, cambios de habitación, casa, etc. Si se pueden prever debemos planificarlos para que tengan lugar bien antes si es posible o si estimamos que el niño  o niña no está preparado, dejarlos para cuando se haya adaptado por completo al colegio.

Cómo actuar los primeros días

  • Mostrarnos seguros cuando dejemos a nuestros hijos e hijas en el colegio.
  • Dejar al niño en el suelo, para que entre por su propio pie.
  • Despedirnos de forma abierta.
  • No dilatar la entrada ante rabieta.
  • Hablarle de la escuela. Preguntarle por las tardes qué tal el día, hablar de lo divertido y agradable que tiene que ser estar en el cole con más niños, jugando, etc. Mandar mensajes positivos de su estancia en la escuela.
  • Mantener una comunicación directa con la escuela.
  • Mostrarnos sensibles ante sus manifestaciones.
  • Intentar llegar siempre a la misma hora.