Los niños pueden dormir mal desde que nacen, es algo que los padres tenemos asumido, pero muchas veces podemos poner solución a sus problemas de sueño y ayudarles a conciliarlo mejor.

En ocasiones también ocurre que el niño, después de haber dormido bien durante sus primeros meses de vida, de pronto comienza a dormir mal, a no querer irse a la cama y a protestar cada vez que queremos que se duerma.

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El sueño en los niños

Los problemas de sueño en los niños son bastante frecuentes y de hecho se calcula que aproximadamente el 25% de las visitas al pediatra tienen que ver con estos problemas.

Hay muchas causas que pueden alterar el sueño del niño, como:

  • Sobre excitación
  • Malos hábitos
  • Estrés
  • Ansiedad por la separación
  • Parasomnias
  • Determinados medicamentos
  • Etc.

Lo normal es que los niños desde su nacimiento se vayan adaptando a las horas de sueño que corresponden por su edad, siendo a partir de los tres meses, más sencillo que duerman por la noche más horas seguidas, asociando la nocturnidad con el sueño y sincronizándose poco a poco con el día y la noche.

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Etapas del sueño en los niños

Cada etapa tiene sus características peculiares también en lo referente al sueño, lo normal es que los niños duerman al principio muchas horas y poco a poco se vayan regulando.

En su primer mes de vida: recién nacidos

En esta etapa lo más común es que el niño esté dormido prácticamente todo el tiempo. Aproximadamente los bebés recién nacidos pasan unas dos terceras partes del día dormidos, en periodos de tres o cuatro horas, siendo un periodo difícil para que se concilie el sueño en profundidad ya que, el niño debe alimentarse cada tres o cuatro horas y si se duerme debemos despertarle. No obstante, si tiene fácil adaptación al sueño, incluso dormirá mientras come.

Desde el primer mes hasta los tres o seis meses de vida

A partir de su primer mes de vida, comienza a dormir algo mejor por la noche, esto es, con menos despertares, e incluso puede llegar a dormir durante toda la noche alrededor de los seis meses.

Lo normal es que a partir de esa etapa comiencen a dormir toda la noche, pero ese no es el caso de muchas familias que sufren al ver cómo sus hijos se siguen despertando e incluso se desvelan en mitad de la noche.

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A partir de los dos años y aproximadamente hasta los cuatro

Cuando los niños cumplen los dos años suelen dormir seguidas alrededor de 10 horas por la noche, e incluso dormir una o dos siestas durante el día. Esas siestas irán disminuyendo a lo largo de los próximos meses y alrededor de los tres años desaparecerán en la mayoría de los casos.

Desde los cinco años

La madurez del sueño se estabiliza y llega a un nivel similar al de los adultos, no obstante los niños siguen necesitando algunas horas más de sueño que los adultos.

A partir de los siete años lo normal es que las siestas hayan desaparecido por completo, y en el caso de que aun se hagan, lo más normal es que éstas afecten al sueño nocturno impidiendo al niño la conciliación del sueño con fluidez.

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Estos puntos son en realidad generalidades que, si bien son muy comunes, por desgracia no todos los niños cumplen las expectativas de sueño esperadas según se edad.

Problemas del sueño en bebes

Los bebés son nuevos en el mundo fuera del útero y les toma un poco de tiempo adaptarse a algunas cosas, una de ellas es el sueño. Ellos presentarán algunos desfases en su rutina de descanso, a continuación describiremos unos pocos:

  1. Le cuesta estar dormido demasiado tiempo: los horarios de los bebés se adaptan a sus horarios para comer y, ya que se deben alimentar cada cuatro horas, verás que no pasarán tranquilos toda la noche.
  2. Cólicos al dormir: usualmente tratamos de que lo último que haga el pequeño antes de dormir sea comer para que duerma un buen rato, pero al no sacarle los gases correctamente no podrá dormir tranquilo y llorará pronto.
  3. Inseguridad con su entorno: debes recordar que todo lo que le rodea es nuevo, para que pueda dormir tranquilo en su cuna puedes colocar una prenda tuya o un juguete para crearle confianza.
  4. No tiene sueño: los horarios de descanso de tu bebé son disparejos, durante el día es probable que tome muchas siestas entre actividades y luego por ello no quiera dormir de noche.

Trastornos del sueño en niños

Los niños no escapan a los trastornos del sueño, la Asociación Española de Pediatría define estos problemas como “la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, tener demasiado sueño o conductas anormales durante el sueño”.

Incluso se calcula que hasta un tercio de las consultas a los pediatras son producto de los trastornos del sueño de un niño.

Según la organización, los problemas de sueño de los niño generan alteraciones del humor, dificultad para concentrarse, somnolencia durante el día, cansancio físico y mental, estado general de tensión y ansiedad. Además afectan de manera significativa su vida diaria, la relación con padres y hermanos y por supuesto con su entorno familiar, las relaciones sociales y en la escuela. Algunos de los más comunes son:

  • El insomnio: Dificultad para iniciar y mantener el sueño, que puede prolongarse por un mes y puede incluir la sensación de que no haya dormido bien. Existen dos tipos, uno conductual cuando el niño es incapaz de dormir por sí solo cuando no está acompañado de sus padres, por lo que tiene resistencia o ansiedad cuando debe ir a la cama y se despierta mucho. El otro tipo se da por la higiene inadecuada del sueño porque el niño ha ingerido productos que le impiden conciliar el sueño: cafeína, chocolate, mucha actividad física o abuso de aparatos como móviles, ordenadores y consolas.

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  • Terrores nocturnos: Suelen confundirse con las pesadillas, pero tienen un efecto mayor porque el niño se levanta de la cama llorando, con agitación e incluso llorando y no querrá volver a dormir.
  • Sonambulismo: El niño se levanta de la cama pero sigue dormido. Es más común en niños con edad escolar. No recuerdan lo que sucede en ese lapso.
  • Pesadillas: Estados de sueños largos, con aumento constante de sentimiento de miedo o ansiedad. El niño se levanta asustado y cree que fue real lo que le ocurrió.
  • Narcolepsia infantil: Somnolencia durante el día.

Qué señal de alarma nos indica que existen problemas con el sueño

Cuando hablamos de problemas del sueño no nos referimos a problemas puntuales que pueden ser provocados por algún tipo de molestia o enfermedad pasajera como los cólicos o una infección de oído, etc.

Como hemos comentado lo normal es que los niños pasen por esas etapas madurativas del sueño, según su edad, pero en muchos casos no es así, además no es algo matemático y no sucede en todos los niños por igual, sino que, como ya hemos indicado, son generalidades que indican unos periodos aproximados para cada evolución.

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No debemos basarnos en lo que nos digan los demás, si los hijos de nuestros vecinos o amigos duermen más o mejor que los nuestros, no debe ser un síntoma de alarma, ya que cada niño es diferente, y las costumbres de cada familia también son distintas.

En cualquier caso, si lo habitual es que sea complicado conciliar el sueño, e incluso una vez que se duerme, se despierta varias veces e incluso se desvela, o si el niño se siente cansado a lo largo del día, podemos tomárnoslo como una alarma que nos está indicando que algo no va bien y que probablemente tengamos un problema de sueño.

Podemos intentar cambiar algunos hábitos que pueden ser los que estén provocando esos problemas del sueño.

Los niños necesitan seguir unas rutinas para poder mantener cierto orden en sus vidas; rutinas que van desde la higiene hasta la alimentación, pasando por aprender a vestirse solos, juegos, aprendizaje y por supuesto el sueño.

Todo lo que se hace antes de acostar al niño va a influir de una manera u otra en el sueño del pequeño. Por eso es mejor que no tenga mucha excitación al menos en la última media hora antes de acostarse, para que poco a poco su cuerpo vaya relajándose y preparándose para el sueño.

Contar un cuento, bajar la intensidad de la luz, etc., pueden ser rutinas que de seguro harán que el pequeño vaya relajándose de forma más fácil, pero ¿y si se desvela en mitad de la noche, debemos realizar de nuevo esas rutinas para que concilie el sueño?

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Por otro lado, muchos niños sufren ansiedad por separación, esto es simplemente el despegarse de su mamá o su papá. Lo vemos en las puertas de los colegios y las escuelas infantiles, muy a menudo, sobre todo en las primeras semanas del periodo escolar.

Los niños no comprenden por qué se tienen que separar de sus papás, aunque en la mayoría de los casos, pasados unos minutos ese miedo desaparece. El problema es cuando esa ansiedad surge por la noche, en los bebés y niños pequeños, que no quieren despegarse de los brazos maternos o paternos y lloran cada vez que les echamos en sus cunitas.

Lo habitual es que el niño llore y llore hasta que nos llegue a preocupar y finalmente le cojamos, para ver como sorprendentemente desaparece ese llanto que parecía cortarle la respiración.

Además a partir de cierta edad, comienzan a surgir los miedos nocturnos, y muchos niños imaginan monstruos y criaturas que les aterran desde los rincones más oscuros de su habitación.

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Recomendaciones generales para la higiene del sueño en bebés

  • Menores de 2 meses: Se recomienda que el bebé esté despierto al ser alimentado, para que vaya asociando la comida con el deseo de dormir después.
  • Eliminar los gases del niño despierto y tras cambiarle los pañales tratar que permanezca despierto, de modo que al acostarlo aprenda a dormir solo.
  • Entre 2 y 5 meses: Crear una rutina para dormir, Intentar no despertarlo para alimentarlo, hacerlo antes de que duerma. Se aconseja que desde los 3 meses duerma solo en su habitación.
  • Entre 5 y 12 meses: El bebé no debería comer de madrugada, si se levanta hay que hablarle y darle cariño, Un objeto para que le acompañe mientras duerme es una buena opción.
  • A partir de 12 meses: Que duerma en ambiente agradable sin luces brillantes ni directas, regular hora de dormir y levantarse, evitar exceso de líquidos antes de acostarse, evitar actividades físicas una hora antes de dormir, no darle chocolates o bebidas con cafeína y que no haga siestas muy largas.

Cómo ayudar a nuestros hijos a conciliar el sueño

Lo más aconsejable es que el niño aprenda a dormirse solo, para que si se despierta por la noche, pueda volver a dormirse sin necesidad de que nadie vaya a consolarle, a arroparle, leerle un cuento, etc.

Este método puede suponer que las primeras noches nadie duerma en casa … debido a que el niño no deje dormir a los demás con sus reclamos, pero con el paso de esos primeros días, se regulará y conciliará el sueño a la perfección.

  • Con la luz apagada y un ambiente tranquilo se debe dejar al niño en la cama, acostado y tranquilo. Abandonar la habitación.
  • Si el niño comienza a llorar, acudir pasados dos minutos, y calmarle. Abandonar la habitación.
  • Si vuelve a llorar, debemos esperar entre dos y cinco minutos para volver a entrar a consolarle.
  • Repetir el mismo proceso hasta que el niño se duerma, y la noche siguiente, y las siguientes hasta que se duerma solo sin nuestra presencia, alargando cada vez más el tiempo de nuestra reacción.

No todos los padres están muy a favor de este método, pues no ven bien el sufrimiento del niño durante las primeras noches. Pero todos aquellos que lo prueban, y lo mantienen, coinciden en su eficacia.

Técnica 4-7-8 para conciliar el sueño en niños

En Akros queremos ofrecerte diferentes técnicas que existen hoy en día llevadas a cabo por profesionales médicos expertos en el estudio del sueño.

A continuación te presentamos la técnica 4-7-8 desarrollada por un profesor de la Universidad de Harvard, Andrew Weill.

Esta técnica destaca por una serie de pasos a seguir de nuestra respiración o la de nuestro hijo en este caso. Intenta que se lo tome como un juego y así conseguirás que realice el procedimiento de manera correcta:

  • Inspira por la nariz durante 4 segundos.
  • Guarda el aire dentro durante 7 segundos.
  • Suelta el aire despacio durante 8 segundos.
  • Repite el procedimiento varias veces.

Los problemas con el sueño en un niño pueden presentarse a cualquier edad desde su nacimiento y por circunstancias muy variadas, pero siempre hay algo que los padres puedan hacer si están informados adecuadamente y le ponen atención al problema, es por ello que aquí en akros estamos dispuestos a brindarte toda la información posible para que estés al tanto del tema.