Los tipos de discapacidad sensorial no incapacitan a la persona para tener una vida funcional en la mayoría de los aspectos si lleva a cabo un adecuado adiestramiento. Casos bien conocidos, como Hellen Keller, (oradora y activista política, primera persona sordociega en conseguir una licenciatura universitaria) demostraron que la incapacidad sensorial no es obstáculo para el desarrollo de una vida funcional y exitosa.

Discapacidad sensorial

La discapacidad sensorial corresponde a las personas con deficiencias visuales y auditivas, quienes presentan problemas en la comunicación y el lenguaje. Los juegos y juguetes educativos forman parte primordial del proceso de aprendizaje infantil, sobre todo en niños afectados por algún tipo de discapacidad. Los juegos son un recurso imprescindible para quienes se ven afectados por lesiones o capacidades diferentes, pues siguen siendo niños, y el juego es una necesidad para el desarrollo infantil en todos los aspectos. Akros Educational ofrece los juegos infantiles adaptados a las más diversas necesidades de cada niño, según la categoría de la discapacidad.

 

Discapacidad sensorial es la pérdida o atenuación de una o más funciones sensoriales humanas: la auditiva, visual o ambas. Su presencia no afecta de ninguna manera en el potencial muscular y funcional del pequeño, sino su vida social. Las discapacidades sensoriales a menudo afectan más allá de la capacidad de comunicación, también a la autoimagen de la persona y a su desempeño en la vida cotidiana. Esta nomenclatura se refiere a tres tipos de discapacidad:

  • Ceguera o hipovisión con agudeza visual no superior a 3/10.
  • Sordera o pérdida auditiva mayor de 25 decibelios en ambos oídos.
  • Sordoceguera se caracteriza por la coexistencia de ambos discapacidades sensoriales visuales y auditivas.

Definición de discapacidad visual

Podemos considerar la existencia de discapacidad visual en aquellas personas completamente ciegas o con un resto de visión tan pequeño que no se puede corregir con lentes normales. Las causas de discapacidad visual pueden ser, entre otras, factores genéticos, las alteraciones visuales, consecuencia de cierta medicación, o contraer la rubéola durante el embarazo. Es importante distinguir entre una situación de deficiencia visual severa que se establece en el nacimiento y la ceguera que afecta en la edad adulta. Las repercusiones psicológicas y adaptaciones a llevar a cabo son completamente diferentes.

La deficiencia visual en la infancia

Las consecuencia más evidente que afecta al desarrollo de un niño ciego es la ralentización en el desarrollo psicomotor. El niño más adelante aprende a usar sus otros sentidos (oído y el tacto) para reconstruir mentalmente la forma y la ubicación de los objetos en el espacio. En una persona ciega, el proceso de conocimiento del mundo y de las relaciones sociales resulta diferente al de una persona que ve normalmente, pues tiene que confiar completamente en el lenguaje verbal.

La sobreprotección de la familia a menudo puede prevenir la independencia y la falta de expansión de las relaciones sociales. Para evitarla también se necesita brindar apoyo y asesoramiento psicológico a la familia del niño, para que aprendan a exponer al niño a diferentes contextos sociales, e irlos ampliando progresivamente. Si el apoyo es el adecuado desde la infancia, el niño ciego es capaz de integrarse plenamente en la sociedad, asumiendo un papel destacado en lo personal y en lo laboral.

La deficiencia visual en la edad adulta

El principal problema que surge cuando una persona pierde la vista en una edad más adulta consiste en la negación de la realidad de la enfermedad. El defecto visual presente en el nacimiento estimula otros órganos de los sentidos, pero si el daño se produce en la edad adulta la persona ya ha establecido un modo de conocimiento basado en el uso de la visión y el déficit repentino o progresiva puede ser compensado en menor medida. La persona percibe la pérdida de la visión con una intensidad dolorosa y todos los fenómenos relacionados con el duelo se producen fuertemente.

 

Discapacidad en la audición

En la discapacidad auditiva se dañan los sistemas que permiten recibir las ondas de sonido. Si no se reciben, no se pueden transformar en impulsos nerviosos y se imposibilita la posterior transmisión de tales impulsos a la parte de la corteza cerebral que los procesa. La pérdida de la audición o sordera puede ser de dos tipos en relación con las estructuras dañadas.

La pérdida de audición conductiva es causada generalmente por anomalías en el oído externo o el oído medio e implica una pérdida de la audición uniforme. La pérdida de la audición perceptiva es en cambio causada por el daño al sistema que transforma el pulso de sonido en un impulso nervioso, en estos casos, la pérdida de audición es mayor para las frecuencias altas. Existen baremos para marcar distintos grados de discapacidad sensorial, por ejemplo en el caso de la discapacidad auditiva (hipoacusia) existen los siguientes:

  • Audición normal. La persona es capaz de percibir sonidos entre 10 y 15 dB. (Ruido al respirar).
  • Audición limitada. El rango de percepción es menor y queda en valores entre los 16 y los 25 dB. (Sonido en una biblioteca con gente).
  • Pérdida superficial. La persona oye entre 26 y 40 dB. (Volumen normal de una conversación).
  • Pérdida moderada entre 41 y 55 dB. (Aglomeración de personas).
  • Pérdida moderada a severa. Se escuchan sonidos entre 56 y 70 dB. (Aspiradora)
  • Pérdida severa. La persona percibe sonidos a partir de 71 hasta 90 dB. (Tren)
  • Pérdida profunda. La persona es incapaz de percibir sonidos de más de 90 dB.

Discapacidad auditiva en niños

La consecuencia más importante de pérdida de la audición o sordera, debido a la percepción de difícil o imposible de sonidos, consiste en la percepción limitada de la lengua y cómo afecta a la rapidez del desarrollo intelectual. El lenguaje, además de tener una función comunicativa, desempeña tiene una función reguladora del comportamiento. Esta situación puede resolverse mediante el lenguaje de signos, que ofrece la oportunidad de mejorar el rendimiento académico.

La pérdida de audición en un bebé también se deja notar en términos del desarrollo emocional y social. Los recién nacidos reaccionan selectivamente a la voz de la madre y, como los niños sordos no son capaces de hacer eso, afecta al establecimiento del proceso de unión.

La pérdida de audición leve puede ser compensada de manera efectiva sin afectar el desarrollo. Los niños que nacen con pérdida de audición leve pueden desarrollar el lenguaje como los demás niños. Tienen dificultades para entender el significado de las palabras, a y a veces puede confundir a algunas letras y fonemas.

Las familias y amigos de niños con discapacidades auditivas de nivel medio pueden aumentar el volumen de la voz en presencia del niño, pero deben asumir que precisa una terapia del lenguaje obligatoriamente, y puede que una prótesis

Las personas con pérdida de audición severa no perciben ningún sonido del habla. Si se les habla con voz muy alta pueden recibir algún sonido y su ritmo. Sólo una intervención de terapia del habla puede ayudarlo a aprender a comunicarse. Muchas personas con sordera total pueden, además de leer los labios, hablar mediante el control de su voz a través de la vibración de las cuerdas vocales, e incluso cantar.

Los casos más graves son aquellos en los que la discapacidad auditiva se asocia con lo visual pero, como se nombró al principio, no resulta tan limitante como pudiera parecer si la persona recibe un adecuado entrenamiento.