Imagínate estar en arenas movedizas: el suelo debajo de tus pies cambia constantemente y te hace perder el equilibrio, dejándote asustado y a la defensiva. Eso es lo que sienten quienes padecen trastorno límite de personalidad. Para las personas que padecen el trastorno, casi todo es inestable: sus relaciones, estados de ánimo, pensamientos, comportamientos e incluso su identidad. Es una forma dolorosa de vivir, pero hay esperanza.

Existen tratamientos efectivos y habilidades de enfrentamiento que pueden ayudarte a sentirte mejor y volver a controlar tus pensamientos, sentimientos y acciones.

¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

Si sufres trastorno límite de la personalidad, probablemente sientas que estás en una montaña rusa y no solo lo decimos por los constantes cambios en tus emociones, sino en el sentido de quién eres. Tu imagen, objetivos, incluso gustos y animadversiones pueden cambiar con frecuencia de manera que los puedes sentir confusos y poco claros.

Las personas que padecen el trastorno tienden a ser extremadamente sensibles: incluso las cosas pequeñas pueden desencadenar reacciones intensas y, una vez molestas, les cuesta mucho calmarse. Es fácil comprender cómo esta volatilidad emocional e incapacidad para calmarse conduce a una inestabilidad en las relaciones y al comportamiento impulsivo, incluso imprudente.

Cuando estás en medio de una emoción abrumadora, eres incapaz de pensar con claridad. Puedes decir palabras hirientes, actuar de manera peligrosa o inapropiada y, después, sentirte culpable y avergonzado. Es un ciclo doloroso del que puede parecer imposible escapar, pero no lo es.

Su origen se debe a una combinación de factores biológicos heredados y factores ambientales externos, como experiencias traumáticas en la infancia.

Un trastorno con esperanza

En el pasado, los profesionales de la salud mental no sabían exactamente cómo tratar el trastorno límite de la personalidad, por lo que llegaron a la conclusión errónea de que había poco por hacer. Pero ahora sabemos que es tratable. De hecho, el pronóstico a largo plazo es mejor que el de la depresión y el trastorno bipolar, por lo que la mayoría de las personas puede mejorar notablemente siguiendo un tratamiento y con el apoyo adecuado. Sin embargo, requiere un enfoque especializado.

El tratamiento consiste en romper los patrones disfuncionales de pensar, sentir y comportarse que están causando dificultad y angustia. No es fácil cambiar los hábitos de toda una vida; la elección de hacer una pausa, reflexionar y actuar con nuevos patrones de conducta al principio puede hacer sentirse antinatural e incómodo. Sin embargo, con el tiempo se irán adquiriendo nuevos hábitos que ayudan a mantener un equilibrio emocional.

¿Cómo reconocer el trastorno límite de la personalidad?

¿Te identificas con las siguientes afirmaciones?

  • A menudo te sientes vacío.
  • Tus emociones cambian muy rápidamente y sientes una tristeza extrema, ira y ansiedad.
  • Tienes miedo de que las personas que te importan te abandonen.
  • La mayoría de tus relaciones románticas son intensas, pero inestables.
  • Lo que sientes por las personas cercanas a ti puede cambiar dramáticamente de un momento a otro y no siempre comprendes por qué.
  • A menudo haces cosas que sabes son peligrosas o dañinas para ti, cómo tener relaciones sexuales sin protección, beber en exceso y consumir drogas.
  • Has intentado hacerte daño y participar en conductas de autolesión.
  • Cuando te sientes inseguro en una relación, tiendes a actuar exageradamente para mantener a la otra persona cerca de ti.

Si te identificas con varias de las afirmaciones, puedes estar sufriendo el trastorno límite de personalidad. Por supuesto, necesitas que te evalúe un profesional para tener un diagnóstico oficial, ya que se puede confundir fácilmente con otros problemas.

Manifestaciones del trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad se manifiesta de formas diferentes los síntomas se presentan constantemente en las diferentes áreas de tu vida. Algunos de esos síntomas son los siguientes:

  • Miedo al abandono. A menudo tienen miedo de ser abandonados o estar solos. Incluso algo tan común como un ser querido que llega tarde a casa del trabajo o se va de fin de semana, puede provocar un miedo intenso. Esto lleva a hacer esfuerzos frenéticos por mantener a la otra persona cerca. Puede rogar, aferrarse, comenzar peleas, seguir celosamente los movimientos de su pareja o incluso bloquear físicamente a la otra persona para que no se vaya. Desafortunadamente, este comportamiento tiende a tener el efecto contrario: alejar a los demás.
  • Relaciones inestables. Las personas tienden a tener relaciones intensas y de corta duración. Puedes enamorarte rápidamente, creyendo que cada nueva persona es la que te hará sentir completo, pero te desilusionas rápidamente. Tus relaciones o bien parecen perfectas u horribles, sin un término medio.
  • Conductas impulsivas y autodestructivas. Normalmente puedes participar en comportamientos dañinos que buscan sensaciones, especialmente cuando estás molesto. Puedes gastar de manera impulsiva dinero que no puedes pagar, comer en exceso, manejar imprudentemente, tener relaciones sexuales de riesgo o abusar de las drogas y el alcohol. Estas conductas de riesgo pueden ayudarte a sentirse mejor en el momento, pero a largo plazo le harán daño a tus seres queridos.
  • Autolesiones. La conducta suicida y la autolesión deliberada son comunes. La conducta suicida incluye pensar en el suicidio, hacer gestos y amenazas o llevar a cabo un intento de suicidio. La autolesión incluye todos los otros intentos de lastimarse sin intención suicida. Las formas comunes de autolesión incluyen cortes y quemaduras.
  • Cambios emocionales extremos. Las emociones y los estados de ánimo inestables son comunes. En un momento, puedes sentirte feliz y al siguiente abatido. Las pequeñas cosas que otras personas descartan pueden provocar una recaída emocional en ti. Los cambios de humor son intensos, pero tienden a pasar con bastante rapidez: a diferencia de los cambios emocionales de la depresión, duran unos pocos minutos u horas.

  • Sentimientos crónicos de vacío. Las personas que padecen el trastorno a menudo expresan sentirse vacíos, como si hubiera un agujero o un vacío en su interior. A veces pueden sentirse como si no fueran nada o nadie. Ese sentimiento les resulta incómodo, por lo que pueden intentar llenarlo con drogas, comida o sexo. Pero nada lo sienten verdaderamente satisfactorio.
  • Cólera explosiva. También puedes tener problemas para controlarte, una vez que explotas es común gritar, arrojar cosas o ser consumido completamente por la ira. Es importante tener en cuenta que esta ira no siempre se dirige hacia afuera; puedes pasar mucho tiempo enfadado contigo mismo.

Esto puede hacer que parezca que no hay nada que puedas hacer, pero la verdad es que puedes cambiar tu comportamiento. Cada vez que practicas una nueva respuesta de enfrentamiento o una técnica de relajación, estás creando nuevas vías neuronales. Algunas prácticas como la meditación pueden hacer que tu cerebro cambie. Cuanto más practiques, más fuertes y automáticas serán esas vías. ¡No te rindas! Con tiempo y dedicación, puedes cambiar la forma en que piensas, sientes y actúas.